Iniciarás la síntesis con esta introducción: Algunos años después frente a la inminencia de su muerte Froilán había de recordar...
Distribuirás las partes que escojas iniciándolas con las expresiones siguientes: Recordó…. (Evita repetir esta palabra en la distribución. En todo caso usa sinónimos de ella).
Por ejemplo utilizar expresiones sinónimas como: Vinieron a su mente…, Sintió la nostalgia de…, Como en un sueño aparecieron fugazmente las imágenes de…, etc.
Concluye la síntesis imaginando a Froilán sintiendo remordimientos .Para ello escoge, según tu criterio, dos hechos de los cuales el bandolero pudo arrepentirse.
Te propongo iniciar esta parte final así:
Comenzó de pronto a sentir un sensación dolorosa que se expandía hasta penetrar todos los escondites de su ser y que le hacía brotar lagrimas de arrepentimiento . Entonces abandonándose a esa sensación nueva imploró perdón por…
Deseó ser perdonado por….
Luego ya desfalleciente se entregó a una luz intensa que lo atraía sin remedio hacia el silencio definitivo de su muerte.
Evocó el momento en que se topó con Moisés Nima, este pensando que era un bandolero sintió miedo, pero Froilán lo calmó diciendo que si hubiera querido hacerle daño, se lo hubiera hecho hace tiempo y además le ofreció posada donde una comadre suya, así fueron conversando durante el viaje, Moisés le comentaba de los bandoleros sin saber que el que lo acompañaba era uno de ellos, cuando llegaron a la casa de la comadre, Froilán recién se desenmascaró y saco a relucir su verdadera identidad.
Añoró con nostalgia las comidas de su pueblo, los deliciosos platos que el disfrutaba mientras tuvo la oportunidad, comidas tradicionales como: “Seco de chavelo”, “seco de Cabrito”, “Patasca”, “Charqui de Yuca”, “Pepián de choclo verde” entre otros y la infaltable chicha.
Rememoraba los clásicos paisajes donde realizó sus andanzas, las plantas que conformaban este paisaje como la papaya, los mangos, los limones, platanales y la planta principal y abundante el algarrobo, por supuesto que también existían algunos matorrales, árboles como los zapotes, chopes y overales que conformaban este bello espectáculo.
También se entristeció por no pasar más instantes junto a su querido compadre Manuel Alache cuando llegaba a La Encantada, grandes momentos que pasó junto a su compadre, todas las cosas que hicieron juntos, las apuestas que hicieron como la de dispararle a 2 huiscos parados, allí ganó Froilán; otra apuesta fue la de unir la Encantada y Catacaos en el menor tiempo posible siguiendo rutas distintas, también ganó Froilán pero esta prueba sirvió para consolidar la gran amistad que tenían.
Se acordó de su fiel mula overa, su compañera inseparable de correrías y a la que “quería más que a su propia mujer”, adiestrada en los menesteres más diversos por la paciencia de su amo.
También de sus amigos de andanzas, que fueron muchos. Los cambiaba por temporadas; muchos los que cayeron en tiroteos sostenidos con gendarmes, blancos, autoridades, arrieros y mercachifles.
Comenzó de pronto a sentir un sensación dolorosa que se expandía hasta penetrar todos los escondites de su ser y que le hacía brotar lagrimas de arrepentimiento. Entonces abandonándose a esa sensación nueva imploró perdón por no haberle dado un correcto ejemplo a su hijo, producto de la unión con su china Flora, por no haber pasado tanto tiempo con él, por no ser un buen padre con él, no pasar mucho tiempo con su hijo.
Deseó ser perdonado por matar tantas personas por el simple hecho de robar, de ganar dinero de forma ilegal.
Luego ya desfalleciente se entregó a una luz intensa que lo atraía sin remedio hacia el silencio definitivo de su muerte.